La historia detrás de JC

Más que un nombre, JC — Jesús de la Creciente representa nuestra fe, nuestra familia y el compromiso con quienes buscan un hogar donde sentirse tranquilos.

Desde Lima hasta Chachapoyas, cada espacio que ofrecemos fue construido con esfuerzo, dedicación y el deseo de compartir el mismo bienestar que tenemos en casa.

Conoce nuestra historia
Familia y hogar JC

Nuestra historia: el corazón detrás de JC

JC significa Jesús de la Creciente. El nombre nace de un símbolo de fe que ha acompañado a nuestra familia desde hace muchos años. En el poblado de Pipus, a pocos kilómetros de Chachapoyas, durante una fuerte creciente del río, mis padres encontraron algo que cambiaría nuestra vida: un tronco natural que, al bajar el nivel del agua, mostraba claramente el rostro de Cristo con los brazos alzados, como en un crucifijo.

Aquel tronco permaneció firme en medio de la corriente, resistiendo la fuerza del agua como si una mano invisible lo sostuviera. Cuando la creciente se apaciguó, el Cristo seguía ahí, prendido al suelo. Al intentar retirarlo, no hizo falta esfuerzo: se desprendió con facilidad, como si hubiera esperado pacientemente a ser encontrado. Ese momento se convirtió para nosotros en una señal de fe, esperanza y propósito. De ahí nació el nombre Jesús de la Creciente (JC), en honor a esa experiencia que nos recordó que, incluso en medio de la tormenta, hay una fuerza que protege y guía.

Con el tiempo, esa inspiración se transformó en trabajo constante. Comenzamos alquilando nuestros primeros espacios en Lima a largo plazo, brindando hogares a familias, estudiantes y profesionales que buscaban tranquilidad y confianza. Poco a poco, fuimos creciendo: construimos nuevos pisos, adquirimos más propiedades y consolidamos una filosofía basada en la atención personalizada, la calidad y el respeto.

Nuestra historia continuó en Chachapoyas, nuestra tierra natal, donde decidimos construir espacios rodeados de naturaleza, tradición y paz. Allí empezó una nueva etapa: el alquiler por Airbnb, recibiendo viajeros de distintas partes del mundo. Compartimos historias, aprendimos de sus culturas y comprendimos que cada huésped traía consigo algo que también se unía a nuestra propia historia.

Con el paso de los años, decidimos volver a lo que mejor sabemos hacer: los alquileres a largo plazo. Porque creemos que el verdadero hogar no se encuentra en una noche, sino en la estabilidad, la confianza y el trato humano. Hoy, cada propiedad —ya sea en Lima o en Chachapoyas— refleja ese compromiso: espacios cuidados, ambientes acogedores y una atención cercana, sin intermediarios ni automatismos.

En JC no buscamos ser una gran cadena, sino mantener el valor de lo familiar. Cada inmueble tiene una historia, y cada inquilino o huésped pasa a formar parte de la nuestra. Por eso cuidamos cada detalle antes de una entrega y garantizamos que tu experiencia sea cómoda, segura y humana desde el primer día.

Si vienes de plataformas como Airbnb, te ayudamos a migrar tus reseñas y mostrar tus calificaciones en tu nueva ficha. Queremos que sigas destacando por tus buenas experiencias, sin perder tus valoraciones ni el reconocimiento que ya has ganado.

JC no es solo un nombre, es un compromiso. Un compromiso con la fe, con el esfuerzo familiar y con la idea de que cada persona merece vivir en un espacio que inspire tranquilidad y pertenencia. Porque cuando alquilas con nosotros, no solo encuentras un lugar donde vivir: encuentras un hogar creado con alma y propósito.